sábado, 21 de noviembre de 2009

De los terrenos de juego.


El juego de fútbol, mejor expresado, "el juego de la pelota" empezó en un lugar donde formábamos todos los lunes y los viernes para subir y bajar la bandera al son del himno nacional. Éramos unos privilegiados aquellos niños que nos quedábamos a comer en el colegio, tanto antes de comer, como después, nos dejaban jugar a lo largo de aquel espacio; Se formaban dos equipos con un montón de chavales, cada uno de nosotros (el que podía) aportaba un céntimo o más para comprar una pelota de plástico duro, más o menos 1,5 pesetas, para que más tarde llegara el portero del colegio y nos la requisara.

Tiempo después se formo el grupo "la pandilla" de chavales con su equipación de las Palmas de Gran Canaria. En la parte posterior del Hotel Corona de Aragón, había un gran solar, se utilizaba como aparcamiento para los clientes del hotel, pero aún así quedaba un gran espacio. Aprovechábamos la marquesina del aparcamiento para una de las porterías y la contraria dibujada en la pared de un edificio de enfrente. Entre todos los chavales adecentábamos el solar, quitando hierbas, piedras y otros elementos del solar. Hasta conseguir un espacio más adecuado para la práctica del deporte, "el fútbol". Aquello no duro mucho, pero lo aprovechamos. Posteriormente fueron apareciendo otros solares y zonas que...
"La Pirita" una zona industrial de la Almozara, Doctor Fleming, un solar, actualmente es el Museo Pablo Gargallo, entre otros solares de la zona.


Más adelante descubrimos campos de fútbol reglamentados; el campo de fútbol frente a la empresa de el TUDOR, pero nos quedaba un poco lejos. Y otros campos también de fútbol, situados bajo el puente del ferrocarril, tal vez de Escolapios, de éste salíamos casi siempre corriendo, ya que soltaban perros a mitad de partido.También nombrar a la persona que los soltaba, nos disparaba con una escopeta de postas de sal. Ver para creer.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Como jugábamos los niños de los años 60 y 70




Transcurrían los años 60, la mayor parte de los niños estudiábamos en colegios públicos estatales, sin ningún tipo de espacio para practicar nuestros juegos, así es que imaginaros como hacíamos deporte....

Nuestro horario de recreo, transcurría en los pasillos que había entre clases, evidentemente, no se nos permitía jugar a todo aquello que contemplara riesgos, es decir, jugar a la pelota, al pilla pilla, osea, imaginaros a lo que podíamos jugar: a las canicas, a los cromos, al yoyo, a la peonza, siempre y cuando tuviéramos el beneplácito de los profesores.

¿Cómo hacíamos deporte?,bueno lo que ahora se llama deporte que entonces no era deporte, era básicamente trabajar la velocidad, la resistencia y la fuerza. NO EXISTÍA LA ASIGNATURA DE EDUCACIÓN FÍSICA. ¿cómo trabajábamos estas cualidades físicas? jugando cuando no estaba el profesor en la zona común de los pasillos a churro-va, al chocolate inglés , a la guerra de caballos (uno se montaba encima de otro a corderetas e intentaba tirar al resto que también montaba a corderetas), fundamentalmente a ver quien era el mas bruto.

Aquellos chavales, que fuera del horario escolar, practicábamos algún deporte (principalmente el fútbol), pertenecíamos a la pandilla del colegio, es decir, un grupo de chavales que nos poníamos de acuerdo para practicar fútbol. En mi equipo era imprescindible para poder formar parte del mismo, tener la equipación de Las Palmas (camiseta amarilla, pantalón azul, calcetín azul y amarillo, el escudo que se vendía suelto y el número asignado por el equipo), como entonces la situación económica de la familias no era nada bollante, y el comprar la equipación suponía un esfuerzo familiar, la mayor parte de los chavales, vendíamos los fines de semana "La hoja deportiva". Esta hoja deportiva, eran los resultados de fútbol del fin de semana. Los domingos por la tarde, comprábamos la hoja deportiva a la imprenta que lo hacía sobre la marcha, escuchando la radio y colocando los resultados en la hoja. Sobre las 8 de la tarde todos los chavales salíamos con nuestros ejemplares para venderlos en las salidas de los cines, en los bares, y en la zonas de mas concurrencia (Pso. Independencia, Pza España, Coso bajo, etc...), por cada ejemplar vendido, ganábamos entonces unos 50 céntimos.

La verdad, es que no recuerdo la cantidad de domingos con muchos ejemplares de la hoja deportiva que tuve que vender para poder comprarme la equipación de Las Palmas, con su número y su escudo.